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En
1970, Erika Rodger y su familia empujados por la
visión de futuro, el espíritu emprendedor y el
compromiso ambientalista tomaron el desafío de
transformar los medanos vivos de Ostende en un pequeño
bosque de dos hectareas con mas de 15 especies de
arboles, plantas y mucha de la vida silvestre del
lugar.
Gracias a la gran dedicación y el
tiempo transcurrido, hoy, usted y los suyos pueden
disfrutar de un
amplio predio con generosas parcelas,
cubiertas
por
una magestuosa
arboleda.
Disfrutará de la
naturaleza,
la
tranquilidad
y a 400mts encontrará
una de las más hermosas, amplias y tranquilas playas
de la zona.
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